El Abrigo Verde y Dorado del Escarabajo
Un Cuento de América del Sur (¡de Brasil, para ser más concretos!)
Era uma vez (érase una vez) un pequeño escarabajo marrón que se arrastraba lentamente por una pared. Se arrastraba despacio, despacio, muy despacio. De repente, una gran rata gris salió disparada de un agujero en la pared. Cuando vio el escarabajo, comenzó a burlarse de él.
“¡Pobre escarabajo!” gritó la rata. “Te arrastras TAN lento. ¡Nunca llegarás a ningún lugar! ¡Apuesto a que desearías ser rápido como yo!”. Y mientras lo decía, la rata corrió hasta el final del muro. Luego, se dio la vuelta y volvió corriendo, solo para reírse de nuevo del escarabajo lento.
“Es cierto. Corres muy rápido, rata”, dijo el escarabajo con poco aliento mientras seguía arrastrándose lentamente por la pared.
En ese momento, el escarabajo y la rata escucharon un graznido que venía de los árboles. Era un loro verde y dorado que había estado mirando la escena desde lo alto.
“Rata”, dijo el loro, “si crees que eres la más rápida, ¿por qué no corres con el escarabajo hasta la palmera que hay en la cima de la colina? ¡Como premio, le daré al ganador un abrigo nuevo del color que desee!”.
Un abrigo nuevo les pareció un buen premio a la rata y al escarabajo, así que aceptaron el reto. El loro dio la señal, y la rata y el escarabajo empezaron la carrera.
La rata corrió lo más rápido que pudo: ¡arriba, arriba, colina arriba! Cuando llegó a la palmera, apenas podía creer lo que veía. ¡La rata miró hacia arriba en el árbol y se sorprendió al ver al escarabajo sentado junto al loro en lo alto de las ramas!
Sin poderlo creer, la rata le preguntó al escarabajo: “¿Cómo puede ser que hayas llegado antes que yo? ¿Cómo corriste tan rápido?”.
El escarabajo extendió sus alas para mostrárselas a la rata. “Nadie dijo que tuviéramos que correr. ¡Usé mis alas para volar!”.
“Pues vaya, no sabía que podías volar”, dijo la rata con voz gruñona.
El loro le dijo a la rata: “Parece que has perdido la carrera. De ahora en adelante, nunca juzgues a nadie por su apariencia. ¡Nunca se sabe cuándo o dónde hay unas alas ocultas!”.
Entonces, el loro se volvió hacia el escarabajo marrón y le preguntó: “¿De qué color te gustaría que fuera tu nuevo abrigo?”.
El escarabajo respondió: “Me gustaría que fuera verde y dorado, como el tuyo”. Y desde ese día, los escarabajos brasileños lucen hermosas capas de color verde y oro. Y, para su desgracia, la rata todavía usa su abrigo gris y opaco.
Adaptado por Dana Stewart de múltiples fuentes, incluyendo esta y esta.
Nota para Padres/Cuidadores: “El Abrigo Verde y Dorado del Escarabajo” es una historia de Brasil que recuerda a las personas que no se debe juzgar a alguien o algo antes de intentar comprenderlo. Muchos cuentos tradicionales esconden una moraleja, es decir, una lección importante. Hable sobre ello con [Child] para que aprenda más de los cuentos que leen juntos. |
Pintar el Nuevo Abrigo del Escarabajo
Materials
- Pintura, papel, pinceles (o con los dedos)
Instructions
- Leamos el cuento “El Abrigo Verde y Dorado del Escarabajo” e imaginemos que TÚ eres el Escarabajo. ¿De qué colores te gustaría que fuera tu abrigo nuevo?
- Dibujemos un escarabajo grande en un folio de papel con semicírculos a modo de alas. Pintemos un bello diseño en cada ala. (Puede cubrir la segunda ala con una hoja de papel por separado.)
- Mientras la pintura aún esté mojada, doblemos el papel por la mitad y usemos nuestras manos para presionar la pintura hacia el lado opuesto del papel. Con cuidado, abramos el papel de nuevo ¡y observemos el nuevo abrigo del Escarabajo!